y adoran al Yo Imperial, una sencilla apelación a la “moralidad objetiva” tiene pocas posibilidades de lograr resultados significativos. Frederica Mathewes-Green escribe lo siguiente: Estos estudiantes tienen una moralidad objetiva que es sencilla comparada con la nuestra. Ellos creen que es objetivamente incorrecto exponer a una persona a una situación cruel. Es absurdo tener una relación sexual con alguien que no lo desee. Es erróneo transgredir cualquiera de las cien sutiles y corteses indicaciones